Era un sábado por la mañana. Hacía buen tiempo (increíble!) y tenía que probar el coche que me habían dejado (un Audi Q7) para decidirme por el nuevo coche de empresa. Así que decidimos dar un paseo. Verona no es que esté especialmente cerca de Milán, pero por autopista se llega en menos de dos horas.
Dejemos que las imágenes hablen por ellas mismas...
La arena de Verona. Ha pasado de celebrar sangrientos juegos de gladiadores a ser el centro lírico donde cada verano se celebran conciertos y óperas como AIDA de Verdi...O sea, de albergar a aguerridos fortachones abucheados por el populacho, a albergar florecillas del bel canto y ser aplaudidas por la crême de la sociedad italiana.
Atención, estas imágenes son de la teórica casa de Giulietta, del romance de Shakespeare. Imaginad si en vez de un personaje de ficción hubiera sido real...
Los mensajes de amor
El balcón de Giuletta, donde Romeo se dejó la voz
Los candados como metáfora del amor eterno (a mí me recuerdan la mili, pero en fin,,,)
Los chicles que recuerdan el amor eterno (amor eterno! y un cuerno! una guarrada que te cagas!)
Estaba yo pensando,...
Por qué a los héroes de la patria se les representa siempre a caballo? Será porque eran bajitos como el Gran Capitán?
Por cierto, la ciudad estaba llena de bodas. Aquí podemos observar los restos de una.
El río nos recordaba un poco la ciudad de Girona, solo que el río era más ancho, llevaba más agua, era más largo, la ciudad más grande... o sea, que no se parece una mierda a Girona!
En las bravas aguas del río, valientes deportistas se enfrentaban a los peligros de sus procelosas corrientes (toma ya adjetivos finos, para que luego digan que este blog es mal hablado, hostias!).
Los caballeros templarios han resucitado (atención no iban disfrazados, es que son así)
Algunas imágenes del castillo, en el que pudimos ver un pequeño desfile de personajes de época... y no, no me refiero a mi suegro. Tampoco a mi mujer, que no...
Y colorín colorado, esta entrada de blog se ha acabado!
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