domingo, 22 de abril de 2012

21042012 Feria del Mueble en Milán

Con motivo de la feria del mueble en Milán, un montón de espacios públicos abren sus puertas para dar acceso a una exposición que sale del recinto ferial y convierte la ciudad en un gran expositor.
Y qué mejor manera de introducir a la familia a la vida en Milán que participar del evento...
Pero empecemos por el principio....
Nuestra llegada a la ciudad tras la pesadilla del traslado en Sao Paulo empezó con una sorpresa en forma de piedra! Y no se trataba de un diamante, ni de una antigüedad sino una piedra en MI riñón! Eso el día siguiente a mi llegada. Deliciosa recepción a nuestro nuevo destino. Aunque no hay mal que por bien no venga, pues eso me permitió deleitarme con el servicio de salud pública italiano, que de otra forma no lo hubiera ni catado.
Que cómo es el tal servicio? Pues igualito, igualito que en España, o sea, E-S-P-A-N-T-O-S-O.
Me tuvieron más de media hora en un pasillo retorciéndome de dolor hasta que al final me pusieron un calmante. Luego en una camilla rodeado de vetustos ancianos hasta casi la media noche. Toda una experiencia surreal de la cual todavía no me he recuperado del todo.
En fin, pasaron los días (una semana) y ya recuperado del susto, nos unimos a la vida social de la ciudad.
Visitamos las exposiciones en la zona de Brera y vimos los edificios públicos abiertos, lo que hacía doblemente atractivo el paseo.




También pudimos asistir a la presentación de un pequeño vehículo (coche?) eléctrico, de dos plazas y que causa furor entre los italianos. La verdad es que ese tipo de minicoches como el mini, el seicento, el smart, etc. están muy de moda en la ciudad, ya que el tamaño resulta especialmente útil para callejear y encontrar aparcamiento.

En uno de los palacios que hay junto a la plaza del Duomo nos encontramos con una curiosa exposición: Brazil, SA. que cómo no, presentaba muebles y accesorios del lugar. Como nos moríamos de Saudade, entramos en la exposición hablando portugués con sotaque brasileño con todo el mundo. En fin, como en casa...





Al día siguiente, aprovechando que lucía un sol bellísimo, nos fuimos a pasear al Naviglio, o barrio donde están los canales que unen Milano con los ríos que le rodean. Ingeniosos sistemas de exclusas diseñados por Leonardo Da Vinci, hacen entrar el agua y permiten la navegación de estos canales artificiales, que hoy son fundamentalmente atracción de turistas.
El sol se fue ocultando poco a poco y ese bello día se convirtió en tormenta, lo que nos impidió asistir a un almuerzo que teníamos con unos amigos españoles, pues nos quedamos atrapados junto a los canales, desde donde no hay manera de tomar un transporte público al ser zona peatonal. Ni que decir tiene que no llevábamos paraguas (con el sol que hacía lo más lógico era llevar sombrilla y bañador).





Abril, lluvias mil, Milano 2012.

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