sábado, 17 de marzo de 2012

20120317 - Milan y el espacio público publicitario

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de Milán es la publicidad en la calle. La verdad es que sorprende un poco ver una ciudad con tanta historia y a la vez tan moderna que ha caído en las garras del vil metal...poderoso caballero es don, don dododondondon es don dinero...

Las calles, las casas, los faroles, los tranvías... Todo es aprovechado en esta megarevista publicitaria que es la ciudad.

En algunos casos la publicidad se integra con la estructura y la historia. En otras resulta un pegote monumental.


La primavera que se acerca intenta contrarrestar la potencia de la imagen publicitaria. Pero qué puede hacer una pobre flor lila contra una tele de 100 pulgadas?


En los tranvías, la gente que va dentro, no sabe que está haciendo publicidad... a 50 Km/h.


Hasta las bicicletas reposan inconscientes sobre un centenar de productos que desean ser comprados y vendidos amontonados con descuido unos sobre los otros.


Hasta el pobre césped es sometido a una tortura sistemática para pintar un deseo televisivo: el coche!


Estos jóvenes no hacen publicidad... o sí? Cuando pintan y rapan sus cabezas, o con sus chaquetas de ángeles de la muerte... no están promocionando otras tantas marcas que quieren hacernos creer representan un estilo de vida?



Y he aquí una forma de publicidad odiosa: el grafiti. Una señal que deja el grafitero para que los demás sepan que ha pasado por aquí, que ha dejado su huella. Una huella perversa que deteriora la imagen y deprime al que la ve...Es como la meada que deja el perro para marcar su territorio. Sucia, antiestética y molesta.


Aquí adjunto algunas imágenes de un Milan más "puro", como el de antaño. De bar, tiendecilla y artesano. De canales y de paseantes distraídos. De bicicletas, vendedores ambulantes, pizzerías y otra fauna urbana.



En fin, así es como ven Milán mis ojos, y así os lo cuenta vuestro bloguero, avanzadilla de la Marinfamily.

Milán, te "añoramos" Berlusconi, marzo 2012.




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